Clientes satisfechos

Soy una persona joven que, durante años, sufrió los inconvenientes que conlleva no oír correctamente. Conocía mi dificultad auditiva pero dada mi edad,  no me decidía a visitar un centro auditivo ni a ponerme unos audífonos. Casi había renunciado a disfrutar del hecho de  oír bien. Una amiga, me recomendó visitar un especialista y gracias a sus profesionales y su atención personalizada, mi vida ha dado un giro de 360 grados. He conseguido un cambio radical en mi día a día, recuperando la energía perdida durante muchos años.  He descubierto con gran satisfacción que la adaptación de unos audífonos no es una cuestión de edad si no de querer tener mayor calidad de vida. Ahora luzco mis audífonos Rite en color rojo y me siento orgullosa de llevarlos. Ya no sufro ese silencio que me impedía disfrutar de mi entorno y de mi familia.

Vuelvo a ser el hombre activo que siempre fui y la música me acompaña en cualquier lugar. Mi vida profesional siempre estuvo ligada al mundo del marketing. Estaba acostumbrado a relacionarme con todo tipo de personas y participar activamente en productivas e interesantes conversaciones. Después de abandonar el mundo laboral, mi vida personal ganó protagonismo pero fui observando que ya no podía intervenir tan abiertamente en las charlas con amigos ni podía disfrutar de mi hobby favorito: la música. Mi audición se había visto mermada  notablemente. Un día, decidí consultar por Internet las posibles alternativas para solucionar este problema que afectaba a mi calidad de vida. Descubrí Audiotek y decidí visitarlos. Desde el minuto uno entendieron mis inquietudes y mi malestar ante mi dificultad para entender y escuchar con normalidad. Me dieron una solución rápida y totalmente personalizada, haciendo que mi seguridad volviera ser la de antaño. Vuelvo a ser el hombre activo que siempre fui y la música me acompaña en cualquier lugar. Todo ello gracias a mis audífonos y la versatilidad que éstos me ofrecen.

Mi audífono me ha devuelto la confianza en mi mismo. Pasaba muchas horas al cuidado de mis nietos y debido a mi dificultad auditiva, me era imposible disfrutar del todo de su compañía. Aunque me sentía un abuelo joven, el inconveniente de no oír bien empezó a mermar mi seguridad y autoestima. Por fin, tomé las riendas de mi vida y me puse en manos de los profesionales de Audiotek, quiéneshicieron todo lo posible para solucionar mi problema . Lo que sin duda me ayudó a convencerme de que un audífono iba a funcionar en mi caso fue el hecho de que Audiotek me ofreciera probarlo sin compromiso durante 1 mes. Gracias a la adaptación de mi audífono, he vuelto a escuchar las risas y las voces de mis pequeños. Hemos recuperado la complicidad y están felices de compartir sus juegos conmigo. Mi vida familiar se ha visto reforzada y por fin puedo volver a disfrutar de ser abuelo.

Gracias a la recuperación de mi audición, mi vida vuelve a ser la que siempre deseé. Durante años me vi obligada a cuidar de mis hijos sola. Cuando se independizaron,  la vida me dio la oportunidad de volver a disfrutar de mi libertad y mi autonomía.  Cada día salía a comer con mis amigas y a jugar una timba de cartas. Casi sin darme cuenta, empecé a inventar excusas para dejar de hacerlo. Mi pérdida auditiva me impedía seguir con fluidez nuestras conversaciones y lo que antes eran risas, se convirtió en vacíos incomprensibles. Pese a mi coquetería, decidí adaptarme un audífono y debo admitir que ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en los últimos tiempos. Muchas de mis compañeras ni siquiera se han percatado de que lo llevo. Reanudé las reuniones con mis amigas y me di cuenta de que ya no tenía esas lagunas sonoras. Gracias  a la recuperación de mi audición mi vida vuelve a ser la que siempre deseé.  Ya nada me impide oír los faroles de mis contrincantes y ganar todas las partidas.

Hoy, y gracias a los ideólogos, estudiosos, innovadores, y creadores, he podido abrir las puertas que me tenían cerrada al silencio. Me inhibí. Fueron muchos años de esforzarme al máximo para poder sentir a los foráneos, a los amigos ya los míos, mientras que a poco me daba cuenta de que el sentido del oído me aislaba. Y me venció. ¡Qué puerta más bonita!, me ha invitado a entrar con un mundo, que yo llevaba sordo, ya salir con unos cestillos llenos de ruidos de vida y queridas voces!! Mi infinito agradecimiento a todos los que han colaborado en hacernos la vida placentera y con el sentimiento de que ha merecido la pena recuperar lo que perdimos y que nos ha devuelto la sonrisa y esconder el miedo.